martes, 30 de junio de 2015

El juego, un recurso didáctico


El juego



El juego es una actividad recreativa que llevan a cabo los seres humanos con un objetivo de distracción y disfrute para la mente y el cuerpo, aunque, en el último tiempo, los juegos también han sido utilizados como una de las principales herramientas al servicio de la educación. Es un medio de comunicación y liberación de la persona indispensable para el desarrollo de la persona.



Desde el punto de vista didáctico para poder proponer el juego como un recurso educativo, debemos tener en cuenta los siguientes principios:
  • Aceptarse como un proceso.
  • Su exploración genera mayor desarrollo en sus participantes.
  •  No considerarse como la antítesis del trabajo.
  • Es necesario tanto para niños como para adultos. Siempre está estructurado por el entorno, los materiales o el contexto en el que se produce.
  • Adecuadamente dirigido asegura un mayor aprendizaje partiendo del nivel de conocimientos y destrezas previo.

Igualmente, uno de los grandes valores del juego radica en que constituye una actividad voluntaria en la que el alumnado desarrolla libremente muchas de sus capacidades aprendiendo a desarrollar habilidades sociales, vivir nuevas experiencias de forma individual o conjuntamente con su grupo de iguales, favoreciendo la adquisición del lenguaje e incrementando su vocabulario al tiempo que facilita la iniciación del diálogo con aquellos con los que comparte el juego y desarrolla su creatividad e imaginación.

De este modo, podríamos considerar que el juego supone una de las actividades más relevantes en el proceso de evolutivo de una persona, ya que contribuye al desarrollo de las siguientes dimensiones:

Biológica: promueve la estimulación de las fibras nerviosas de nuestro cerebro.

Psicomotora: tanto a nivel físico como de nuestros sentidos, el juego potencia el desarrollo del control muscular, la fuerza, el equilibrio, la percepción...

Intelectual: favorece tanto la estimulación del pensamiento como la capacidad para responder a los distintos estímulos y nuevas experiencias que se generan en las dinámicas de juego.
Social: entrando en contacto con los iguales y aprendiendo normas de comportamiento con el entorno.

Afectivo-emocional: por un lado genera placer, alegría, creatividad, etc... y, por otro, sirve para liberar y descargar tensiones.




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